lunes, 11 de noviembre de 2013

CABALLOS: ANIMALES UNICOS

El caballo es un mamífero perisodáctilo domesticado de la familia de los équidos. Es un herbívoro solípedo de gran porte, cuello largo y arqueado, poblado por largas crines. A la hembra del caballo se la llama yegua y a las crías, potros o potrillos si son machos, y potras o potrancas si son hembras.

En la naturaleza los caballos son presas de los depredadores y por ello tienen fuertes instintos de huida y defensa. Su primera reacción ante una amenaza es asustarse y huir pero también son capaces de defenderse cuando no pueden escapar o cuando se amenaza a sus crías. Suelen ser curiosos, y cuando se asustan suelen investigar un instante sobre la causa de su miedo y no siempre huyen al descubrir que hay peligro. La mayoría de las razas han desarrollado velocidad, agilidad, resistencia y estado de alerta; cualidades naturales que provienen de sus ancestros salvajes. Aunque por la cría selectiva algunas razas son más dóciles.

Los caballos son animales de manada, con jerarquías claras, liderados por un animal dominante (generalmente una yegua). Por lo tanto son animales sociales que establecen vínculos de unión con individuos de su propia especie y con otros animales, incluidos los humanos. Se pueden comunicar de varias formas, con vocalizaciones y relinchos de varios tonos, mediante el acicalado mutuo y el lenguaje corporal.


Taxonomía
Linneo clasificó a los caballos domésticos en 1758 en la especie Equus caballus. Al demostrarse que los caballos domésticos actuales y su antepasado silvestre extinto, clasificado como Equus ferus (caballo salvaje), pertenecían a una misma especie debía asignársele un único nombre científico. Generalmente en casos como éste se aplicaría el principio de prioridad usado en la nomenclatura científica, que establece que debe permanecer como nombre específico el primero en haber sido registrado, siendo caballus el más antiguo. Pero la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica determinó en 2003 en la opinión 2027 que los caballos actuales, al igual que otras 17 especies domesticadas, debían nombrarse como su variedad salvaje extinta, Equus ferus, para evitar la paradoja de que los linajes anteriores, los silvestres, fueran nombrados como subespecies de sus descendientes. Por lo tanto el nombre específico que prevalece para los caballos actuales es Equus ferus, quedando el término caballus como nombre trinomial que designa a la subespecie doméstica.1
Los caballos se clasifican dentro del orden de los perisodáctilos, perteneciendo a la familia de los équidos, a la que también pertenecen los asnos (Equus africanus), el onagro o el kulán (Equus hemionus), el kiang (Equus kiang) y las cebras, en la que están estrechamente emparentados al pertenecer todos al único género superviviente, Equus.

Evolución
La evolución del caballo puede seguirse a través del registro fósil hasta llegar a Hyracotherium (también llamado Eohippus), un pequeño mamífero herbívoro que vivió durante el Eoceno, hace 55 millones de años, en América del Norte. Se supone que de él descienden todos los équidos posteriores, incluido el género Equus. Hyracotherium tenía un tamaño que oscilaba entre los 20 y los 40 cm de altura, con cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores terminando cada uno en una uña (no en un casco, como las especies actuales). A primera vista era similar a un perro pequeño.
La evolución posterior de Hyracotherium le hizo aumentar su altura hasta los 115 cm y perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo, es decir, con un solo dedo. Poco a poco, su único dedo se endurecería mediante mutaciones, hasta desarrollar cascos que les permitían huir de los depredadores.
En esa época aparecieron a la vez en Norteamérica y Eurasia diversas especies y géneros relacionados. Parece ser que las especies euroasiáticas desaparecieron; sin embargo, las especies americanas dieron lugar durante el Oligoceno al género Mesohippus del tamaño de una gacela, que tenía sólo 3 dedos en las patas delanteras y que ya presentaba pies con forma de casco.
Algo más tarde, en el Mioceno, a Mesohippus le sucedió Hypohippus y Anchitherium; se cree que ambas especies colonizaron después Eurasia desde América del Norte. Otros descendientes de Mesohippus fueron Miohippus y Merychippus; este último género desarrolló dientes con coronas muy altas, lo que le permitió, a diferencia de Hyracotherium, que pastaba hierba, ramonear las hojas y brotes de árboles y arbustos. Entre los descendientes de Merychippus estaba Hipparion, que durante el Plioceno se desplazó y expandió desde Norteamérica hasta Eurasia, y Pliohippus (primer antepasado de un solo dedo), antecesor de Pleshippus y de su sucesor, el caballo moderno, es decir, el género Equus, que apareció hace 5 millones de años.

Se cree que durante el Pleistoceno, hace unos 15.000 años, el género Equus extendió su área de distribución desde Norteamérica a Eurasia y África cruzando el puente de Beringia. Hace unos 10.000 años los caballos se extinguieron en Norteamérica, por causas aún desconocidas, quizá por algún cataclismo climático que modificó los ecosistemas americanos. Diversos hallazgos en cuevas de Europa indican que el caballo era un animal muy abundante durante la edad de piedra en dicho continente; se han encontrado suficientes restos de esqueletos de caballos dentro y en los alrededores de estas cuevas como para afirmar que eran consumidos por el ser humano. El número de caballos disminuyó en el neolítico, cuando Europa estaba cubierta por bosques en su mayor parte. Se han encontrado restos de la edad del bronce, embocaduras y piezas de arneses, que demuestran que el caballo ya estaba domesticado en esta época. Esta domesticación siglos más tarde permitió, tras el descubrimiento de América, que los caballos fueran reintroducidos por los conquistadores españoles en el continente que los vio surgir.

Anatomía
Porte: La altura de los caballos, como en los demás cuadrúpedos, se mide hasta la cruz, donde encuentran las escápulas, es decir el punto donde se une el cuello con la espalda en el caballo. Se elige como referencia este punto por ser una altura estable que no puede subir o bajar como la cabeza o el cuello.
El tamaño de los caballos varía considerablemente entre las distintas razas, y también está influido por la nutrición. Según su porte las razas de caballo suelen dividirse en tres grupos:

  • pesados o de tiro;
  • ligeros o de silla;
  • ponis y razas miniatura.

La altura de los caballos de silla o ligeros suele oscilar entre 142 y 163 cm y su peso oscila entre 380 y 550 kilogramos. Los caballos de silla más grandes tienen una altura a partir de 157 cm y llegan hasta 173 cm, pesando alrededor de 500 a 600 kg. Las razas de tiro o pesadas miden generalmente de 163 a 183 cm y pueden pesar entre 700 y 1000 kg.

Estructura ósea: Un caballo tiene 205 huesos. Su columna vertebral está compuesta por 51 vértebras. Una diferencia importante entre el esqueleto del caballo y el del humano es que aquel carece de clavículas, los miembros anteriores se unen a la columna mediante poderosos músculos, tendones y ligamentos que sujetan las escapulas. Las patas y los cascos de los caballos también son estructuras únicas. La disposición y proporciones de los huesos de sus patas son muy diferentes a las de los humanos. Por ejemplo, la parte del cuerpo llamada «rodilla» en los caballos en realidad está formada por los huesos del carpo, que se corresponden con la muñeca humana. Mientras que el corvejón contiene huesos equivalentes al tobillo humano. Los huesos inferiores de la pata del caballo se corresponden con los huesos de la mano o el pie humanos, y los denominados menudillos del caballo son los huesos sesamoides entre la caña (un único hueso equivalente al metacarpo) y las falanges proximales de los dedos, es decir los nudillos humanos. En las extremidades delanteras, el cúbito y radio se han fusionado dando lugar a un único hueso, al igual que ha sucedido con la tibia y el peroné lo que impide que pueda girar lateralmente las manos y pies. Además un caballo no tiene músculos en sus patas por debajo de las rodillas y corvejones, sólo tiene piel, tendones, ligamentos, cartílago y huesos, y un tejido córneo especializado para absorber impactos que forma los cascos. Todas estas diferencias son adaptaciones de sus extremidades a la carrera, como la reducción del número de dedos de las extremidades a uno solo rodeado de un material córneo llamado casco.
Los huesos de la cabeza del caballo son largos y los de la cara tienen el doble de longitud que los del cráneo. La mandíbula también es larga y posee una superficie ancha y aplanada en la parte inferior de la zona posterior.

Cascos: Los cascos son fundamentales para la estructura de las patas de los caballos. Los cascos de los caballos en las falanges distales, el equivalente a las puntas de los dedos en los humanos, en el interior están recubiertas de cartílago y otros tejidos blandos especializados ricos en sangre como el tejido laminar. El exterior de los cascos está formado por un tejido córneo similar al de las uñas de los humanos. El resultado final es que un caballo que pesa una media de 500 kg es capaz de desplazarse sobre los mismos huesos que cuando un humano va de puntillas. La razón por la que a los caballos se les ponen herraduras es que en cautividad desgastan más rápidamente los cascos, por la dureza del pavimento y por el sobrepeso que llevan, que en libertad desplazándose por la tierra. Los cascos crecen continuamente y en estado natural se desgastan solos, pero necesitan ser recortados cada cinco o seis semanas en los caballos herrados.

Dientes: Los caballos han adaptado sus dientes para pastar hierba. Los caballos tienen un mínimo de 36 dientes (12 incisivos y 24 molares). Un caballo adulto tiene 12 incisivos, adaptados para morder y arrancar la hierba y demás vegetación, en la parte frontal de la boca. Tienen 24 dientes adaptados a masticar, los premolares y molares, en la parte posterior de la boca. Los machos adultos tienen cuatro dientes adicionales justo tras los incisivos denominados «colmillos» y que no les saldrán hasta que tengan 4 o 5 años de edad. Algunos caballos, tanto machos como hembras pueden desarrollar de uno a cuatro dientes vestigiales muy pequeños delante de los molares, que generalmente se les quitan porque pueden interferir con el bocado. Este espacio entre incisivos y premolares está vacío y es donde se coloca el bocado del arreo del caballo.
Los dientes de los caballos continúan creciendo durante la mayoría de su vida para que puedan pastar correctamente. Los incisivos presentan distintos patrones de crecimiento y desgaste según las edades de los caballos, además del ángulo que presentan las superficies de mordedura, por lo que pueden ser utilizados para medir de forma aproximada la edad del caballo, aunque la dieta y los cuidados a los que son sometidos varían notablemente en las tasas de desgaste.

Aparato digestivo: Los caballos son herbívoros con un aparato digestivo adaptado a consumir una dieta de hierba y otros materiales vegetales durante la mayor parte del día. En comparación con los humanos tienen un estómago relativamente menor pero unos intestinos mucho más largos que permiten un flujo continuo de nutrientes. Un caballo de 450 kg come entre 7 y 11 kg de comida diariamente, y en condiciones normales bebe de 38 a 45 litros de agua. Los caballos no son rumiantes, por lo que sólo tienen una cavidad en su estómago, a diferencia de las vacas o las ovejas que tienen cuatro cavidades. Pueden digerir la celulosa de la hierba gracias a que poseen un ciego muy desarrollado, por el que la comida pasa antes de llegar al intestino grueso. A diferencia de los humanos los caballos no pueden vomitar, por eso los problemas digestivos pueden provocarles cólicos que les pueden ocasionar la muerte.

Colores y marcas
Los caballos muestran una gran variedad de colores de capa y de marcas distintivas, que dan lugar a amplio vocabulario descriptivo especializado. A menudo un caballo se clasifica antes por el color de su capa que por su raza o sexo. Los caballos del mismo color de capa se pueden distinguir por alguna marca blanca distribuida a lo largo de sus cuerpos, que junto a los patrones moteados se heredan de forma independiente de color de la capa.

Capas: La capa de un caballo es la coloración general del pelaje. Cuando hablamos de capa a veces hay que diferenciar los colores de la crin y la cola, y si le cambia el color cuando es joven. Las capas principales son las siguientes, si bien hay muchas variaciones de cada una:

  • Alazán: crin y cuerpo de tono marrón claro o rojizo, como pelirrojo.
  • Albino: no es un verdadero color de capa sino un defecto genético transmisible a la descendencia. Carece de un gen encargado de metabolizar el aminoácido tirosina, cuya cascada de reacciones químicas debe culminar produciendo el pigmento melanina. La falta de melanina produce caballos blancos y de ojos rojos, albinos, que son hipersensibles a la luz. Los caballos con albinismo parcial o total (tobianos parcialmente albinos) no se utilizan como reproductores y se consideran defectuosos.
  • Bayo: blanco amarillento.40
  • Blanco: es una capa difícil de encontrar; todo el cuerpo debe ser de color blanco, sin ningún otro tono.
  • Castaño, mulato o zaino: marrón oscuro, a veces casi negro; crin y cola pardas o negras.
  • Isabelo: cuerpo de color crema y la crin y la cola de un color más oscuro, pero es distinto a un caballo que posee una capa baya.
  • Negro: capa de color negro. Se admiten zonas blancas en pies y cabeza.
  • Palomino: marrón muy claro, cola y crin blancas o claras. Esta capa es poco común, pero suele ser muy apreciada en algunas razas.
  • Pío: capa de dos colores, raramente tres, en forma de manchas. Blanco y negro (pío negro); blanco y rojo (pío alazán), etc. Existen numerosos variantes según el tamaño y forma de las manchas (overo, tobiano, apalusa, etc.).
  • Ruano: tiene pelos entremezclados de distintos colores que pueden ir desde el alazán hasta el blanco o el negro, con diversos tonos.
  • Tordo: no es completamente blanco, sino una mezcla de pelos blancos, grises y negros. Dependiendo de los tonos oscuros y su distribución, hay diferentes tipos. Nace negro o de otra capa y va aclarándose con el tiempo hasta volverse blanco. Debajo del pelo blanco se puede apreciar que la piel es negra.

Una capa uniforme es aquella que no tiene pelos de otro color.

Manchas: Manchas de color blanco en capas más o menos oscuras. Destacan en la cabeza y en las extremidades. Hay manchas de diferentes tipos y tamaños, los tipos de manchas son los siguientes:

  • La «raya de mulo» es una línea oscura que recorre toda la zona de la espina dorsal del caballo, desde la cruz hasta la cola.
  • En la cabeza:
    • Barra o cordón: tiene una línea blanca de los ojos al hocico, pudiendo ser más o menos ancha.
    • Cabeza de moro: la cabeza es de un tono más oscuro que el cuerpo.
    • Carablanca: la parte frontal de la cara es totalmente blanca, incluyendo la zona de los ojos.
    • Careto: tiene una mancha blanca que se va ensanchando desde la frente hasta el hocico.
    • Corte: tiene una mancha blanca en el hocico.
    • Lucero: tiene una mancha blanca en la frente, que puede ser en rombo, en media luna, en cruz, etc.
  • En las extremidades: Cuando algunas extremidades son blancas, el caballo se denomina albo y se diferencian en:
    • Calzado alto: va desde el casco hasta el codo o la rodilla.
    • Calzado medio: va desde el casco hasta la mitad de la caña.
    • Calzado bajo: va desde el casco hasta el menudillo.
    • Calcetín: fina línea junto al casco.



  • Se dice que un caballo está armiñado cuando tiene alrededor de su corona manchas negras. En cualquier caso se dirá entonces que el caballo está «calzado de...», pero cuando hay más de una extremidad, diremos que el caballo es:
    • Unialbo: cuando sólo calza una extremidad, independientemente de cuál sea.
    • Bialbo: cuando calza dos extremidades, independientemente de cuáles sean.
    • Trialbo: cuando calza tres extremidades.
    • Cuatrialbo: cuando calza las cuatro.
Remolinos: Variación de la dirección del crecimiento del pelo en zonas concretas del cuerpo como en la cruz.
Espejuelos: Zonas de córnea blanda en la parte interna de las extremidades, se los supone vestigios del meñique (quinto dedo) a la altura de las rodillas y los corvejones.

Aires
Se llaman aires a las diferentes formas de desplazarse que tiene el caballo. El caballo tiene tres aires naturales: paso, trote y galope. Se denomina bípedo al apoyo conjunto de dos pies.
Se denomina tranco al ciclo de pisadas, desde que apoya un pie hasta que lo vuelve a apoyar. Cada secuencia nos marca un tranco del caballo en cada aire. En la siguiente imagen, se muestran las secuencias de cada aire.
  • Paso
  • Trote
  • Galope
Razas: ver todas las razas
Algunas son: 
Árabe
Árabe-portuguesa
Azteca
Bardigiano
Caballo Altai
Caballo andaluz
Caballo ibérico
Caballo de pura raza gallega
Caballo catalán
Chileno
Criollo Colombiano
Caballo Costarricense de Paso
Caballo criollo
Camargués
Falabella
Frisón
Gelder
Iberoamericano
Islandés
Jomud
Konik
Losino
Monchino
Nonius
Paso Peruano.
Percherón
Rocky Mountain Horse
Salernitano
Waler

Uso deportivo: En la actualidad la mayoría de los caballos son utilizados para prácticas deportivas gracias a sus condiciones. Es utilizado para practicar deportes ecuestres como el salto, la hípica, el polo, la doma clásica, la charrería, el rodeo, el pato, la doma vaquera, el horseball, enganches, el raid, el concurso completo, el cross, el coleo, etc.
Equitación: Es una especialidad dentro de los deportes ecuestres que incluye las siguientes disciplinas:
  • doma
  • campo a través
  • Enduro ecuestre
  • saltos de obstáculo.
La equinoterapia o hipoterapia: Es una terapia integral empleada por profesionales de la salud física o mental para promover la rehabilitación de niños, adolescentes y adultos a nivel neuromuscular, psicológico, cognitivo y social por medio del caballo como herramienta terapéutica y coadyudante.

Caballería o cuerpo de caballería: Es la fuerza de combate montada a caballo. Este término proviene del francés cavalerie.
El caballo de tiro: Es un caballo de trabajo usado por su capacidad de tracción. Los caballos de tiro se empleaban para labrar o arrastrar herramientas agrícolas y, como fuerza motriz, pegados a carros y carruajes. También se usaron caballos de tiro, en ciertos casos, para mover maquinaria pegados a un dispositivo mecánico apropiado. Los usos tradicionales anteriores se refieren a animales de tiro pesado. También hay caballos de tiro ligero que permiten velocidades de desplazamiento superiores.

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